La Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación (REDUCA) está compuesta por 14 organizaciones de países latinoamericanos, las que trabajan por un objetivo común: garantizar a todos los niños, niñas y jóvenes de la región el derecho a una educación pública inclusiva, equitativa y de calidad.
En el marco de la Conferencia GEII, llevada a cabo en la Escuela de Educación de Harvard, REDUCA aprovechó su participación e implicancia en el asunto e hizo una declaración. Acá, compartimos algunas observaciones señaladas respecto de la calidad educativa y el aprendizaje socio-emocional en este mundo diverso y retador:
- “Pensamos que el enfoque, valores, metodología y hoja de ruta para escalar las competencias del siglo 21 son una gran oportunidad para nuestra región. Sabemos que enfrentamos enormes dificultades para superar nuestro rezago en educación incluso desde una perspectiva del siglo 20 –en el financiamiento básico, en la preparación de los maestros, escolaridad promedio, desempeño académico en matemáticas y lengua- y que por lo tanto la nueva perspectiva sobre educación de calidad, relacionada con el aprendizaje social-emocional y habilidades para la vida, constituye una posibilidad para alcanzar a un mundo contemporáneo diverso y retador en aquellos resultados que son realmente importantes para los niños, niñas y jóvenes.
- Considerando que nuestra región (Latinoamérica) es la más desigual en el mundo, subrayamos la importancia de que esas habilidades cruciales no se adopten como una nueva diferenciación relacionada con el contexto privilegiado de unos pocos, re-editando las brechas entre poblaciones, o que sea confinada a las oportunidades relacionadas con el poder de compra de los padres, sino precisamente lo contrario, una nueva nivelación del terreno para el derecho universal a aprender que tienen todos nuestros niños y niñas.
- Nos pronunciamos a favor de focalizar el aprendizaje profesional de maestros y directores como la palanca principal para alcanzar y aprovechar estas nuevas oportunidades. Proponemos, pues, que explorar en profundidad los cambios estructurales que se requieren para una adecuada selección, formación inicial, distribución, tutoría and desarrollo profesional continuo del magisterio de manera que los educadores se vean a sí mismos como aprendices inspiradores y efectivos que pueden mostrar el camino en cuanto a las habilidades del siglo 21.
- Otro factor importante es construir los ambientes de aprendizaje adecuados. Nuestros países sufren el flagelo de la violencia, así que si tuviéramos que elegir algunas de las habilidades como prioridad, entonces debiéramos focalizarnos en las capacidades para el autocuidado, la empatía, el respeto a las personas, la escucha, el trabajo en equipo y las competencias de acción colectiva. En nuestra región, es imperativo trabajar en las habilidades que más rápido y más profundamente favorecen la confianza mutua, el diálogo y la resolución pacífica. Queremos también subrayar la urgencia de incluir a los jóvenes mismos a la discusión colectiva, considerando sus voces como algo imprescindible para formular adecuadamente las habilidades que ellas y ellos necesitan y quieren.
Finalmente, queremos llamar la atención acerca de la necesidad de abordar la innovación de la visión pedagógica y las estrategias mientras, simultáneamente se empuja la estabilización y fortalecimiento de las condiciones estructurales de los sistemas escolares. Por ejemplo, debemos enfrentar los retos relacionados con:
- Ganar consistencia and continuidad en las políticas públicas y las instituciones educativas que el Estado debe mantener en marcha.
- Garantizar a directores y maestros el tiempo suficiente y pagado para planear, realizar trabajo colaborativo and experimentar.
- Propiciar la innovación en la escuelas mismas, para no inhibir la voluntad de cambio y de descubrimiento, sino por el contrario promoverla.”
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